El COATZACOALCOS de los días aciagos….

 

MONSEÑOR VICTOR PHILLIPS…

 

EL EXORCISMO…

 

MIS EXPERIENCIAS… PERIODÍSTICAS…

 

Cevejara

 

Leyendo y releyendo el magnífico y profundo texto:

«Sublime expresión del pensamiento milenario».

Que analiza y conduce al Brahama.

(www.cevejara.com).

De la autoría del Licenciado Bielma.

Colega amigo Periodista, paisano y socio también de la ACOVER «FFC».

Y trajo a mi mente.

Un especial caso que me tocó en suerte vivir y cubrír periodísticamente.

Y que si bien no coincide con la esencia de esa teoría brahamista.

Sí nos traslada.

Al increíble desconocido fenómeno.

¿Del Inframundo?.

Hablando de lo que ajá.

Hasta donde la fuerza de la mente, de la religión o del fanatismo.

Son capaces de conducir, de incluso arrastrar al ser humano.

Ejemplo: EL EXORCISMO.

 

En Coatzacoalcos.

Corría el trienio 1985/1988 Municipal.

Presidido por el empresario venido a menos, Don Pompeyo Figueroa Mortera del PRI, obviamente ajá.

Cuando en uno de esos aciagos días, de la hoy tan convulsionada Ciudad de las Avenidas.

Llegó al reportero que nunca hemos dejado de ser y a la sazón Director General del «Diario de Sotavento» II Época.

El rumor de la existencia de una mujer de la Colonia «Puerto México».

Quesque «poseída» por el «Demonio».

Y hacia allá fuimos.

En compañía de Lolita, nuestra profesional y valiente foto reportera.

Ubicamos la vivienda, humilde de la «Puerto México».

Que colindaba con el Canal de Aguas Pluviales de la Colonia «Petrolera».

Nos identificamos con sus moradores .

A los que explicamos el motivo de nuestra visita.

Que no obedecía aclaramos, no sólo al afán noticioso en sí y menos al morboso.

Sino para ver en qué y cómo podíamos orientarlos y/o ayudarlos

En la atención clínica y de ser posible la solución del caso.

Visto así y ya ganada su confianza.

Pero advertidos de los riesgos que podíamos correr, nos franquearon el paso.

Encontrando en el interior, atada de pies y manos.

Sentada y amarrada a una silla de madera.

Que al mismo tiempo, sujetaban con lianas a una columna o poste ubicado el centro de la choza.

Ella, una mujer joven de bellos rasgos.

Ecuánime en ese momento.

A quien identificados como periodistas y que por suerte no le éramos ajenos.

Nos dijo llamarse LUCERO.

A quien.pedimos amablemente que platicaramos de su enfermedad, brujería o padecimiento.

Accedió y por su petición le retiraron los amarres de pies y manos.

Nos comentó que por momentos sufría inesperados ataques de una fuerza sobre natural.

Que la controlaba y ya fuera de si la volvía agresiva contra quien o quiénes tuviera enfrenté.

Contándose entre éstos su propia madre.

Lo cual orilló a la familia y por la seguridad de todos lados y de ella misma.

A mantenerla amarrarda cuál agresivo irracional animal.

La situación era muy critica.

Pues al carecer de los mínimos servicios de salud.

Los sustituían con remedios caseros de la medicina tradicional.

Un médico de la Colonia recomendó una serie de estudios clínicos.

Contando un encefalograma.

Imposible, no había dinero para pagarlos particularmente.

Y en el Hospital Regional no habia por esos días los especialistas requeridos.

Cómo el Psiquiatra.

Acudieron con un Hechicero que confirmó que ciertamente ajá.

«Satanás se había apoderado de ella».

Y tras venderles unas carísimas pócimas.

Se retiró argumentando que no podía «luchar» contra su «Jefe» Lucifer.

Quedándoles como único y último camino, el EXORCISMO.

¿Peeero que Ministro de la curia católica se atreveria a practicarlo o mínimo intentarlo?.

Les sugerimos comentarlo de nuestra parte y que nos avisaran del resultado.

Con Monseñor Victor Phillips, vicario por un tiempo de la Diócesis.

Casi un Santo.

Verdaderamente humilde.

Alejado y despojado de toda

riqueza material y mundana.

Venerado por la feligresía.

Envidia de los potentados de allí, que a Dios rogando y con el mazo dando.

Aceptó y allá fuimos nuevamente con LUCERO.

 

 

EL EXORCISMO

 

Monseñor PHILLIPS pidió que a LUCERO.

Que profesaba la religión católica.

Únicamente le ataran las manos.

Y cumplido ésto. Se dispuso, portando los sacros atavíos y enseres propios del ceremonial católico.

Crucifijo al frente en la mano derecha y libro de oración en la izquierda.

Entró a la casa hallando a LUCERO sentada en su silla y aparentemente tranquila.

Pero oigan ustedes.

Terriblemente furiosa fue su reacción al acercarle Monseñor PHILLIPS el crucifijo.

Acompañado de sus oraciones y de agua bendita.

LUCERO se puso de pie como impulsada por un rayo.

Lanzándose contra el septuagenario

prelado.

Al que logró golpear en el rostro, sin mayor consecuencia gracias a Dios.

Mientras todos los presentes

Intervenimos prontamente para someter a LUCERO, amarrandola.

En tanto Monseñor PHILLIPS.

Continuaba sudoroso, con mayor ímpetu y casi a gritos.

Sus oraciones y el Crucifijo firme frente a LUCERO.

Que en el mismo tono e intensidad.

Hacia esfuerzos por liberarse de las ataduras.

Emitiendo ruidos similares a muy fuertes ronquidos.

Que llamaron la atención de algunos vecinos.

Porque, explicaron.

No eran iguales a los que los tenía acostumbrados.

Era esa la lucha del bien contra el mal.

Que empezó a ganar el bien.

En nombre y con la bendición de Dios Todopoderoso.

Allí representado por uno de sus más sublimes siervos mensajeros.

MONSEÑOR PHILLIPS.

Que felizmente

Logró rescatar de ese penoso sobre natural trance a LUCERO.

Que poco a poco se fue tranquilizando y liberándose.

Al grado de pedirle perdón a Monseñor al identificarlo.

Esas sesiones de oración continuaron por varios días.

Hasta que LUCERO asistía por iniciativa propia a las Misas que oficiaba Monseñor en la Catedral de San José.

 

LO QUE SIGUIÓ

 

Por esos días, LUCERO nos visitó en el periódico con su mamá.

Para agradecer lo hecho en su ayuda.

Resultando en la plática que necesitaba trabajar.

Pues su anterior empleo lo había perdido por lo ya sabido.

Y que había gestionado permiso en el Ayuntamiento para instalar un puesto de comida por el rumbo del DIF Municipal, en el Barrio El Mirador, pero se lo negaron.

Allí mismo pedimos nos comunicaran con el regidor del ramo.

Leobardo Castellanos Montiel mejor conocido como «La Hormiga Atómica».

Que al explicarle la difícil y critica situación económica de LUCERO.

Historia que había leído en las páginas de «Diario de Sotavento».

Le autorizó un permiso especial.

LUCERO pudo así iniciar una nueva vida.

Pasaron los años y cierto domingo nos reencontramos en una misa de la Igjesia de la Virgen del Carmen.

A la que acudíamos con mi esposa Eyra Luz.

A quien se la presente pues sabía del caso pero no conocía en persona a la protagonista.

LUCERO nos platicó que se casó, hizo familia.

Y nunca más volvió a vivir aquella horrible experiencia.

Sin dejar de visitar a MONSEÑOR PHILLIPS su Salvador.

Dónde estuviera, hasta su muerte.

Por cierto que siendo el reportero Jefe de Redacción de «Liberal del Sur».

Creamos y cubríamos la Sección «El Personaje de la Semana».

MONSEÑOR PHILLIPS, fue uno de ellos.

Descanse en Paz

Vivencias y experiencias Periodísticas.

Amén…